21 de julio de 2011

El blog de "Los Cravioto" cumple cinco años de existencia

El 21 de julio pasado se cumplieron cinco años de vida de esta bitácora y he pensado que la mejor forma de celebrarlo es recordar el motivo de su existencia. Por ello, transcribo a continuación la entrada del 21 de julio de 2006, la primera que escribí:

Los Cravioto nos hemos interesado siempre en preservar nuestra tradición familiar. Es por ello que esta bitácora surge con el propósito de ser un vínculo entre quienes llevamos ese apellido y deseamos conocer, compartir y documentar nuestras historias.

Me parece que el inventor de este interés documental fue Alfonso Cravioto Mejorada, quien hacia la década de los años cuarenta del siglo pasado, y gracias a la autoridad moral que poseía, logró convocar a la familia para que se reuniera una vez al año en el Bosque de Chapultepec. Ahí, un grupo diverso pero aún pequeño, posaba para la foto del recuerdo y, antes o después, consignaba en unas tarjetas amarillas su nombre, el nombre de sus padres y el de sus hijos. También su domicilio, teléfono y el nombre del "general" del que era descendiente.

(Esas tarjetas aún existen. De hecho, las tengo aquí junto a la computadora. La primera de ellas tiene el número 88 escrito a lápiz en la esquina superior izquierda . Está cortada por la mitad y luego pegada con cinta adhesiva. En el centro, con tinta azul y una caligrafía muy estilizada, dice: "Sofía Cravioto de Vivar, hija de Pompeyo Cravioto y Stenie Huguenin de C., esposa de Alberto Vivar. Carmona y Valle 51-"O", México, D.F.")

Y es que Don Alfonso Cravioto (así, con mayúsculas), se sentía orgulloso de su padre Rafael (héroe de la batalla del 5 de mayo) y de sus tíos Simón y Francisco. Todos ellos fueron jefes militares del norte de la sierra de Puebla y jugaron un papel importante en la política nacional de fines del siglo XIX. No obstante, una de las figuras más importantes de esta familia ha sido, sin duda, el propio Don Alfonso: poeta, fundador de la revista Savia Moderna, constituyente del 17 y defensor a ultranza del artículo 123 constitucional.

La labor de preservación iniciada por Don Alfonso fue continuada luego por Adalberto Cravioto Meneses, Oswaldo Cravioto Cisneros, Arnulfo Cravioto Ortiz, Carlos Cravioto Olaco, Jorge Cravioto Navarrete y Alfredo Vergara Casas, entre otros entusiastas que destinaron enormes esfuerzos a organizar las itacatadas en Huauchinango, Pachuca, Tula, El Chico, Omitlán, Pintoraco, así como los desayunos mensuales en el restaurante de Blanca Meneses, primero, y en el del Palacio de Hierro de Durango después.

Una buena parte de lo que sabemos, creemos e imaginamos sobre nuestra familia se lo debemos a las historias que todos estos personajes nos han contado en una labor que dura ya más de medio siglo. Por eso, esta bitácora es también un tributo a todos ellos y una manera de impedir que tanto esfuerzo se desvanezca en la nada.

Si eres un Cravioto (Craviotto) y tienes una historia que compartir, no dudes en enviarla. Ya no hay tarjetas amarillas, pero sí este espacio que, a partir de este momento, está abierto.


Con mi profundo agradecimiento a quienes han seguido, leído y contribuido con esta bitácora. Escribirla ha sido para mí uno de los mejores proyectos que he emprendido en mi vida.

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