Los Cravioto
Los Cravioto mexicanos, y algunos de los estadounidenses, descendemos de la mexicana María de la Luz Pacheco Moreno y el genovés Simone Craviotto Vallarino, quienes contrajeron matrimonio en Huauchinango, Puebla, en 1824. Esta bitácora pretende convertirse en un espacio de información sobre los Cravioto de ayer y de reunión y reencuentro para los Cravioto de hoy. Si deseas contribuir con información, envíala a lacravioteca@gmail.com
15 de septiembre de 2024
Libro “Bicentenario de la familia Cravioto en México"
20 de julio de 2024
Olga Trevethan Cravioto, primera mujer legisladora del Estado de Hidalgo
En sesión solemne, el 19 de julio de 2024 fueron develadas las letras de oro que rinden homenaje a Olga Trevethan Cravioto, primera legisladora del Estado de Hidalgo, quien estuvo presente en el acto oficial. Con ese motivo, reproducimos el texto que Raúl Arroyo publicó al día siguiente en Milenio Diario Hidalgo.
Olga Trevethan Cravioto regresa al Congreso hidalguense
Raúl Arroyo
Olga, con sus padres Esperanza Cravioto y Serafín Trevethan. |
Por vía paterna es de ascendencia inglesa: Henry Trevethan, su abuelo, vino de Cornwall con la inmigración atraída por la explotación de las minas de Real del Monte y Pachuca, durante la segunda mitad del siglo XIX. Por la materna es italiana: Simone Craviotto Vallarino, originario de Varazze, en la región de Liguria, fundó una próspera familia de comerciantes en la sierra norte de Puebla. Su hijo Rafael, general liberal, republicano, originario de Huauchinango, tomó para la Revolución de Tuxtepec, encabezada por Porfirio Díaz, el Estado de Hidalgo en 1876, y lo mantuvo bajo su hegemonía hasta 1897. Pompeyo, vástago predilecto del militar, fue el abuelo de Olga.
Después de una etapa dedicada a litigar, a los veintiséis años de edad, la joven abogada Olga Trevethan Cravioto tenía a su cargo el juzgado primero de lo civil de Pachuca. Era la tercera mujer con funciones de jueza en la judicatura hidalguense. Antes de ella solo lo habían sido sus colegas Gloria Moya Huerta y Marina Soto Lira, a quien había sustituido.
Cuando a finales de 1965 se acercaba la renovación del Congreso del Estado, su antiguo profesor del Instituto Científico y Literario Autónomo (ICLA), el gobernador Carlos Ramírez Guerrero, la llamó a su despacho del palacio de gobierno, entonces en la Casa Rule. "El partido ha pensado en ti para que seas diputada en la próxima legislatura", le dijo. Eran las cuidadosas formas del sistema. Ella, que ya había sido profesora de historia de México y civismo en el bachillerato de la recién inaugurada Universidad Autónoma del Estado Hidalgo (UAEH), por invitación del doctor Francisco Zapata, director de la preparatoria, y en la Escuela Normal Benito Juárez, entonces dirigida por el licenciado Gaudencio Morales, las entendía y asimilaba, no sin sorpresa.
Un antecedente la había impulsado en ese camino: durante la campaña presidencial del licenciado Gustavo Díaz Ordaz por el Estado, se le designó oradora a nombre de los priistas hidalguenses, dirigido en ese entonces por el profesor Raúl Vargas Ortiz.
Los rumbos de Olga Trevethan Cravioto variaron: de su incipiente carrera profesional iniciada como litigante y luego juzgadora, pasaría abruptamente del Poder Judicial al Legislativo. Su aspiración de llegar a ser magistrada quedó interrumpida para integrarse de esa manera a la clase política local, al ocupar un escaño en la Cámara de Diputados. Su nombre quedaría vinculado a la historia del Congreso como el de su primera diputada, lo que también haría de la XLV la primera legislatura, desde 1869, en tener ocupada una de sus once curules por una mujer.
Nacida en Pachuca el 14 de mayo de 1939, en la Beneficencia Española de la Avenida Juárez, conforme a las reglas políticas imperantes, se le asignó el IX distrito con cabecera en Apan, adonde fue a realizar la campaña electoral. A esa diputación, inaugurada el primero de marzo de 1966, se integraron, entre otros, el coronel Manuel Olguín Serrano, por Tenango de Doria, quien ejerció el liderazgo; Vicente Trejo Callejas, importante luchador campesino, por Huichapan; Francisco Escamilla Velázquez, líder magisterial, por Zacualtipán; Isaac Piña Pérez, destacado abogado y profesor universitario, por Metzquititlán; y Lisandro Salinas Baños, otro joven licenciado en Derecho, por Huejutla.
Luego Olga fue inscrita para cursar la secundaria y después el bachillerato en el Instituto Científico y Literario Autónomo
(ICLA). Posteriormente, porque su padre, abogado de la Compañía de Real del Monte y Pachuca y entonces primer director de la Escuela de Derecho de la hoy UAEH, así lo decidió "para evitar favoritismos", se inscribió en 1956 a la facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dirigida sucesivamente por los juristas
Roberto Luis Mantilla Molina y Ricardo García Villalobos, durante los años de su formación profesional.
Obtuvo el título profesional con la tesis "Represión del crimen de guerra", el 11 de febrero de 1965, cuando ya la facultad era dirigida porel prestigiado abogado César Sepúlveda.
Antes de cumplirse el primer año del periodo constitucional, la diputada Olga Trevethan Cravioto decidió otro proyecto de vida, definitivo para su futuro: el matrimonio con Vladimir Hernández, ingeniero civil originario de Tula, unión de la que nacieron Mareel y Hugo. Al día de hoy, aquella amorosa decisión también le pesa como un abandono del mandato de la representación popular. Y aunque con notoria modestia considere que, por breve, su responsabilidad legislativa no tuvo trascendencia, ello no le resta el mérito de ser la primera legisladora de nuestro estado. Su escaño fue ocupado por el suplente, Pedro Téllez Fernández. Así había iniciado la historia de la presencia femenina en el Poder Legislativo del Estado.
Desde entonces transcurrieron diecinueve legislaturas para que una mujer presidiera su órgano de gobierno, la diputada
María Luisa Pérez Perusquía durante la LXIII, en 2016.
Radicada desde entonces en la Ciudad de México, mujer de estudio, la licenciada Trevethan Cravioto volvió a la docencia, se desempeñó largos 39 años como profesora de derecho en el Colegio de Ciencias y Humanidades Naucalpan, de la UNAM, hasta su jubilación en 2013.
Olga Trevethan Cravioto nunca se desarraigó de su tierra natal.
Con frecuencia vuelve a caminar las calles pachuqueñas, a comer pastes, herencia de sus antepasados británicos, y en el recuerdo mantiene la entrañable cercanía con su prima Stenie Vivar Cravioto. Mas todavía, ha decidido entregar el acervo fotográfico de su madre al Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado, al que sirvió hace casi seis décadas, para la catalogación, estudio y difusión de las imágenes provenientes de los siglos XIX y XX.
Antes del homenaje que hoy recibe, la misma LXV Legislatura que decretó la inscripción de su nombre en los muros de honor de su recinto, lo impuso a una sala audiovisual de la sede legislativa, inaugurada por el gobernador Julio Menchaca en abril de 2023.
Hoy Olga Trevethan Cravioto está de regreso en el Congreso local, no para integrar la Legislatura como hace 58 años, cuando su presencia causaba incomodidad en un ambiente hasta entonces exclusivo de hombres; ahora es en cumplimiento del decreto número 581 promulgado el 14 de septiembre de 2023, donde se reconocen sus méritos, para permanecer con su nombre inscrito en letras de oro, en testimonio de un momento histórico del largo trayecto de las mujeres mexicanas por su empoderamiento en Hidalgo. Se suma a los de Leona Vicario, ameritada insurgente, esposa de don Andrés Quintana Roo, y Elisa Acuña Rossetti, maestra rural, periodista, antirreeleccionista y precursora de la Revolución de 1910, originaria de Real del Monte. Serán con el suyo, apenas los de tres féminas, en contraste con los nombres de 38 varones ahí colocados.
En el Congreso de Hidalgo será la segunda persona de apellido Cravioto -familia de importante presencia en las historias regional y nacional-, recipiendaria de igual reconocimiento; el primero fue el constituyente Alfonso Cravioto, tío abuelo de doña Olga. El hecho coincide, y abona, con la celebración del bicentenario de la llegada de su fundador a México, conmemorado en Pachuca y Huauchinango por su nutrida descendencia, en febrero de este año.
Nota original |
12 de julio de 2024
Presea Alfonso Cravioto Mejorada 2024
Presea Alfonso Cravioto Mejorada
El reconocimiento es otorgado por el gobierno del Estado de Hidalgo en el día de la abogada y el abogado (12 de julio), a partir de las propuestas que recibe de los colegios y barras.
En orden cronológico, han recibido la Presea Alfonso Cravioto Mejorada las siguientes personas:
- Domingo Franco Sánchez
- Carlos Raúl Guadarrama Márquez
- Jesús Ángeles Contreras
- Alejandro Straffon Arteaga
- Oscar Martínez Mendoza
- Carlos Borja Meza
- Rubén Ríos Rodríguez
- Conrado Carpizo Zúñiga
- César Vieyra Salgado
- Carlos Zamora López
- Esthela Rojas de Soto
- José de Jesús Corrales González (2007)
- Tufic Habib Karam
- Víctor Soni Piña
- Arturo Reyes Monterrubio
- Juan Salomón Jorge Uribe
- Francisco Ramírez González (2015)
- Lucas González López (2016)
- Julia Dolores Domínguez (2017)
- Eduardo García Gómez (2018)
- Jorge Alberto Huerta Navarro (2019)
- Jaime Daniel Baños Paz (2023)
- Rodolfo González Islas (2024)
25 de febrero de 2024
Bicentenario de la Familia Cravioto en México
Andres Ornelas Cravioto instala el árbol genealógico |
Dimos por sentado a la primera generación, no hablamos de ella (de manera específica) en este simposio, porque de lo que más conocemos y de lo que hay literatura al respecto es del papel de la segunda generación Cravioto, de manera muy destacada del general Rafael Cravioto Pacheco y sus hermanos. Mi bisabuelo Rafael, héroe de la República, confidente y cercano colaborador de don Benito Juárez y aclamado militar con don Porfirio Díaz, caudillo de la zona norte de Puebla y gobernador de Hidalgo en varias ocasiones al igual que sus hermanos (lo que nos habla de otra característica familiar: el nepotismo).
De izquierda a derecha: Andrés Ornelas Cravioto, Luis Corrales Vivar, Mónica Cravioto Galindo, Tania Meza Escorza, Sergio Trevethan Cravioto y Jorge Cravioto Galindo |
Se seleccionaron otros temas para el Simposio:
Y con Mónica Cravioto Galindo al hablar de la Aportación a la Cultura, recordamos también la importancia de Alfonso Cravioto en el arte, como ateneísta, poeta y crítico, como orador y académico. Redactor de Savia Moderna, Director General de Bellas Artes y conferencista sobre los pintores Carriére y Gedovius, que llevó a decir de él a Alfonso Reyes: “De mil modos ha contribuido al desarrollo de la pintura en México".
Mónica nos introdujo además a un mundo de mujeres Cravioto, poco conocidas en medio de un fiero patriarcado como se nos ha presentado históricamente a “los Cravioto”, aquellos varones fuertes, guerreros, militares, héroes y poderosos. Poco se nos había dicho y poco conocíamos de las mujeres, lo que me parece uno de los grandes logros en este simposio, el reconocer la importancia de las mujeres Cravioto en nuestras familias.
Mónica nos habló de una fabulosa mujer, de Leonor Cravioto Salas, poeta y profesora, directora a los 17 años (sí, 17 años) de la primera escuela de niñas de Huauchinango (previa solicitud y aprobación gubernamental para poder ejercer su profesión); poeta cuya obra se incluyó en una publicación para la Exposición Internacional de Chicago en 1893 con poemas a Washington y a Morelos.
Y siguiendo con el rubro de Cultura también nos habló del profesor de profesores Rafael Cravioto Muñoz; de Adrián Cravioto Leyzaola, autor de Historia documental del Heroico Colegio Militar; de la pintora Magdalena Casamadrid Cravioto; de la actriz, guionista y productora Columba Domínguez; de la balletista Marcia Cravioto Reyna; de nuestro querido intérprete musical Humberto Cravioto Fonseca; del arqueólogo Alberto Cravioto Rubí; del fotógrafo conservacionista Miguel Ángel de la Cueva Cravioto; del director y productor de cine José Manuel Cravioto Aguillón; del escritor y poeta Salvador Franco Cravioto, del escritor y promotor cultural Antonio Cravioto Batarse, etcétera. Porque Cravioto en la cultura hay muchos.
En el capítulo relacionado con la ciencia, el doctor Sergio Trevethan Cravioto nos habló de la Aportación a la Medicina, resaltando el trabajo de una pléyade de mujeres y hombres que optaron y se destacaron en la medicina, entre otros: Joaquín y Humberto Cravioto Muñoz, Alejandro y Patricia Cravioto Quintana, Agustín Torres Cravioto, Pompeyo Cravioto Hugenin, Adalberto Cravioto Meneses y María del Carmen Cravioto Galindo. Todas ellas y ellos grandes médicos, como lo es también el ponente Sergio Trevethan Cravioto, que se destaca en sus especialidades en México y el mundo.
Para finalizar las ponencias Jorge Cravioto Galindo nos habló de la Aportación a la Política, subrayando una de las características de los primeros Cravioto: que la y los hijos del genovés y la mexicana es que no solo se consideraron desde siempre como mexicanos sino profundamente patriotas y nacionalistas; fueron ellos quienes lucharon por su Patria al lado de Juárez y Díaz.
Jorge nos habló también de otros políticos Cravioto: de Francisco Cravioto Gallardo, diputado en 1918; de Próspero Macotela Cravioto que presidió la Legislatura de Hidalgo en 1951; de Oswaldo Cisneros Cravioto, militar y gobernador de Hidalgo; de Olga Trevethan Cravioto que, electa en 1966, es la primera mujer diputada local de Hidalgo; de Adalberto Cravioto Meneses, alcalde de Pachuca en 1964; de Rafael Cravioto Muñoz, presidente municipal de Pachuca en 1970; de Almaquio García Cravioto, presidente municipal de Huichapan en 1991, y de César Cravioto Romero, actual senador de la República.
Amplió su presentación hacia funcionarios que han desarrollado políticas públicas en el país, como: Arnulfo Cravioto Ortiz; Carlos Cravioto Cortés; César Cravioto Guerrero; Patricia Cravioto Quintana, epidemióloga y cocreadora del sistema de vigilancia de adicciones; Alejandro Cravioto Lebrija; Patricia Cravioto Galindo; Percys Susana Cravioto Luna, magistrada y presidenta del Tribunal de Justicia Administrativa de Hidalgo; Miguel Betancourt Cravioto, Director de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades no Transmisibles en la Secretaría de Salud, y de Manelich Castilla Craviotto, Comisionado General de la Policía Federal.
Y más mucho más, fue un simposio lleno de información, la memoria escrita y grabada de este evento debe ser fuente de información para las siguientes generaciones.
En este simposio nos encontramos con los personajes y sus contradicciones, como las tuvo Rafael el general; Alfonso el maderista; Simón, Agustín y Francisco, políticos y militares, contradicciones como son las de la naturaleza humana, pero que en su caso coinciden invariablemente en la búsqueda de un bien superior, como lo fue la unión y soberanía del país o intentar salvar la vida del presidente Madero.
Cerró el Simposio con las palabras de la doctora Tania Meza Escorza, Secretaria de Cultura del Estado de Hidalgo quien, a nombre del gobernador Julio Menchaca Salazar, felicitó a nuestra familia en su celebración.
Ceremonia en el jardín central de Huauchinango, Puebla. Fotografía: Ramón Sienra Cravioto |
En el evento, al que nos acompañaron los senadores Alejandro Armenta Mier y César Cravioto Romero, Urquieta Cravioto también se refirió a la historia de esa segunda generación y a su faceta de benefactores en Huauchinango apoyando la construcción del palacio municipal, del hospital y de la escuela.
Huauchinango nos recibió con un clima frio y lluvioso que no impidió caminar y visitar las estatuas, la tumba del General, la casa principal con el balcón corrido que aún hoy es de la familia Mendoza Castillo y frente a la que nos sacamos la foto de recordación.
Foto familiar frente a la que fuera casa familiar de Luz Pacheco y Simone Craviotto |
Y después la comida y la fiesta en el Salón Campestre Finca Alegre, rifas, reconocimientos y mariachi. Muy buena comida: mixiotes, carnitas, frijoles, pastel; un gran ambiente entre las casi 350 personas que acudimos, entre ellas muchos jóvenes y niños. Celebramos en un acto festivo lo que a nuestra familia le parece que lo merece, 200 años se dice fácil.
La fiesta. Fotografía: Ramón Sienra Cravioto. |
¿Y el espíritu o ánimo de la celebración?
Félix Grande, un poeta poco conocido, en su obra Libro de familia, explora la referencia a la tribu como esa en donde la infancia y la vejez se cruzan en la historia de la humanidad bajo una especie de devoción y entendimiento generacional que proviene del azar de la naturaleza y el devenir en el tiempo que a cada uno le tocó vivir. No se puede juzgar y venerar el pasado solo con los ojos del presente, se requiere un reconocimiento de la historia que cada uno vivió. Grande tiene un, para mí, hermosísimo poema llamado “Hijopaterno de mí” que dice:
“Dame la mano y un abrazo padre.
El sentido profundo de esa poesía me explica, también y como si hiciera falta, ¿por qué nos reunimos y por qué nos celebramos en la tribu familiar Cravioto?: porque en el apellido ya sea en grado de consanguinidad o de afinidad nos complementamos y evolucionamos como grupo que suma a la historia de país. Nuestra microhistoria familiar, esa que nos habla no solo del tiempo sino del espacio físico que ocuparon nuestros ancestros -¿por qué Europa?, ¿por qué Génova?, ¿por qué Huauchinango?, ¿por qué Pachuca?, ¿por qué México?-, y que nos cuenta sus peripecias económicas, políticas, culturales, militares, artísticas; es la microhistoria que aprendimos en nuestras casas, en nuestras fotos, en el relato materno y paterno, en documentos históricos en nuestro poder; y como bien decía el historiador mexicano don Luis González y González: “la historia nacional es la suma de las microhistorias familiares”.
Ahora la tarea de los organizadores es intercalarnos con el relevo generacional, mujeres y hombres jóvenes que quieran seguir con la tradición. La idea unificadora es, ¿cómo es y por qué es, si la hay, la relación entre los primeros Cravioto en México y los niños de nuestras familias?; ¿qué conocerán de su pasado, cómo explicarán su presencia?
En el simposio Jorge Cravioto Galindo, al hablar de los servidores públicos que han aportado al país, dijo de manera muy discreta: Y Mónica y yo. No expresó más. Intentaré hacer aquí dos ideas al respecto: La primera es que no lo hizo porque como organizador y ponente asumió eso que dice "elogio en boca propia es vituperio” y no quiso contarnos que él es economista y maestro en Administración Pública y ha ocupado cargos en las secretarías de Salud, Trabajo y Gobernación; INEGI; Gobierno del Estado de Hidalgo, y Congreso de la Unión, entre muchos otros; y que Mónica Cravioto Galindo, su hermana, trabajó en Nacional Financiera donde ganó el Premio Nacional de administración Pública en 2012, ha ejercido el periodismo cultural y tiene diversas publicaciones. Ambos han sido clave en la organización de estos eventos. Además de toda su experiencia pública, me queda a mí muy claro que tienen un profundo amor a la historia familiar. Sí, Jorge y Mónica, ustedes también han aportado de manera muy importante al país y a la familia.
Y una segunda idea es que somos tantos Cravioto, figuras públicas o no, que nos dedicamos a innumerables actividades, cada uno con su propia historia de vida que aporta a México en muchos sentidos, nuestro trabajo diario, nuestros triunfos y derrotas cotidianas, que todos y cada uno de nosotros somos parte del amplio Simposio Cravioto de estos 200 años.
Las reuniones del Bicentenario fueron exitosas, sin lugar a duda por su organización, pero sobre todo por la participación y el interés, por ese intangible sentido de pertenencia que construimos y en el que nos mostramos entre personas que, en muchos casos, no nos habíamos visto en la vida y que por circunstancias de vida formamos una tribu. Hay un proverbio africano que dice que para educar a un niño hace falta toda la tribu; en nuestro caso hace falta la tribu porque es el contexto que explica una parte de nuestra existencia, no somos seres aislados, vivimos en familia, en tribu, en sociedad, en país.
En 100 años, la historia contará cómo fue la celebración del Tricentenario, no sé por qué pero creo que no estaremos invitados; sin embargo, sí habrá muchos Cravioto que acudirán y hablarán de nosotros sus antepasados; es nuestra responsabilidad continuar un legado que les reconozca como afines y de ser posible les enorgullezca.
Por lo pronto, cumplimos con nuestra historia al celebrar el Bicentenario, y sí, como se clamó muchas veces en la comida del domingo: ¡Que viva la familia Cravioto!
27 de enero de 2023
Imágenes antiguas de Huauchinango
Huauchinango, Puebla. Viernes de zacate, ca 1860. |
Inauguración del panteón municipal. |
Tianguis tradicional. |
Tienda El Nuevo Mundo. |
Al frente a la derecha, la casa de Simone Craviotto y Luz Pacheco. |
El inmueble blanco de dos pisos con techo de dos aguas es la botica San Rafael, del doctor Nepomuceno Cabrera. |
El templo tras el incendio. |
La familia Nava. |
Explanada de la Escuela I. Betancourt. |
Jardín Central. En la última fila, el quinto de izquierda a derecha es Mario Cravioto Vergara. |
El primer automóvil que llegó a Huauchinango. |
La niña que está al lado de la novia es Ramona Aurora Lucrecia Cabrera Calva. |